Hoy, que el otoño presume de invierno, que el mundo ostenta su invierno en pensamiento y obra, que yo mismo me siento el amarillear de las hojas de los sueños, os propongo estas evocaciones de vida en atardecida para arroparse en música, remedo del fuego de un hogar en el que aún calientan las brasas:
Por ejemplo, el amor:
Por ejemplo, la vida:
Por ejemplo, el miedo a la soledad:
Pero, bien pensado, que nos quiten lo bailado. Para acabar, Brassens.
Se nos viene la Navidad encima
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