miércoles, 18 de agosto de 2010

Socuéllamos: la persistencia de la memoria... franquista

 ¿Alguien, viendo esta fotografia, no supondría que es de, digamos, unos cincuenta años atrás?


Pues la original es ésta y es de julio pasado, en Socuéllamos:


Pero no se vayan todavía. ¡Aún hay más!



¿Dejadez ociosa u obstinación insolente? Porque a los nombres citados (y tiro de Wiquipedia, Generalísimo, Ramiro Ledesma, Ruiz de Alda, General Muñoz Grandes, General Moscardó y Onésimo Redondo) habría que sumar los de General Sanjurjo, Paseo de Calvo Sotelo, General Goded, General Varela, General Mola, 18 de julio, 10 de agosto, Brunete, Belchite, Batalla del Ebro y Paseo de los Mártires (que dudo que se refiera a los cristianos perseguidos por Nerón o Diocleciano). Es probable que me descuide alguna, como las que llevan nombres de personajes locales como Cástor Zarco, Bernabé Huertas o Anibal Arenas, por ejemplo. Y es que esta particularidad socuellamina (que no es exclusiva según tengo entendido) indigna, preocupa y entristece, más aún cuando es una población afable, que aprecio y en la que siempre me he encontrado a gusto en las escasas ocasiones en las que he ido.

Porque ciertamente preocupa que aún floten en la atmósfera los espectros de un pasado de sangre, odio, venganza y represión por lo que tienen de sintoma, de mensaje subliminal. Un  recordatorio permanente de quién venció y a quién.

 La Transición fue una atemorizada componenda para evitar irritar entonces a los que aún hoy se irritan ante la mera reclamación  de una restitución justa de la memoria y la dignidad de las víctimas de aquel pasado, de la equitativa atribución de responsabilidades al derramamiento de sangre. Y, así, los directos herederos de aquellos que usurparon el poder legítimo tras una guerra cruel, han suspendido en el limbo histórico el último dia de aquella guerra para prolongar y deleitarse con su victoria hasta hoy. Sólo de esta manera puede entenderse la insolente prepotencia del principal partido de la derecha (con la alegre y desinteresada colaboración del confuso Partido Socialista y el ambiente ultraliberal, globalizador y egoista que recorre el mundo).

El nombre de las calles es un síntoma, no una anécdota. Como no lo es, por ejemplo, el siguiente titular

PP asegura que retiraría la cruz laureada concedida por Franco del escudo de Valladolid si lo decreta "quien la otorgó
(leido aquí)

porque no son  exlusivas la desfachatez de Esperanza Aguirre o Camps o el sarcasmo prepotente de Aznar sino que impregna y contagia a sus émulos mediocres, especialmente si detentan el poder y lo hacen como dueños un patio privado (1). Porque tras esas actitudes chulescas, tras declaraciones así, tras el mantenimiento de símbolos o nombres relacionados con la Dictadura, están pensamientos arcaicos, falaces y llenos de odio como el siguiente de este fanático adepto
"El despilfarro de este desGobierno raya el escándalo público y la barbaridad, ahora de nuestros impuestos concede a las asociaciones de memoria histórica (parásitos de la subvención del odio y la mentira histórica) unos 5,6 millones de euros para que continúen con su vidorra de vagos y maleantes, modificando la historia a su manera y buscando huesos, como los del poeta Federico García Lorca, del cual se mantienen y del cual se ríen, mientras gracias a él, se ganan la vida".
a propósito de esta noticia de ABC, cuyo redactado ironiza y desprecia la llamada "memoria històrica"

Y, mientras, el pueblo anestesiado dejándose arrebatar la libertad, la justicia, la solidaridad y la igualdad. Y el sueldo.

(1) Precisamente como lo demuestran determinadas alcaldeces  (de las que ya tendremos ocasión de hablar) del inefable Ayuntamiento de Socuéllamos presidido nada menos que por un senador por el PP

Se nos viene la Navidad encima

Shopping Night Barcelona (03/12/2015, foto del autor)      Nos acercamos de nuevo, irremisiblemente,  al centro de este tornado anual q...